jueves, 20 de julio de 2006


Histeria sionista en Palestina y Líbano
Prensa española: Información y testimonio
Sangre y lágrimas

En Beirut, cada vez más sometida a los rigores del bloqueo y los misiles, se agolpan miles de refugiados, mientras la comida y las medicinas comienzan a escasear
TEXTO: MIKEL AYESTARÁNEL

Líbano va sufriendo cada vez con más dureza las consecuencias del bloqueo y además ayer sufrió la jornada más sangrienta desde que se iniciaron las hostilidades hace nueve días. Los ataques más mortíferos tuvieron lugar un día más en el sur.En la aldea de Sifra murieron al menos 21 personas y otras 30 resultaron heridas, muchas de ellas sepultadas por los escombros de sus casas. En Nabi Chit, localidad de la región de Baalbek, otras 11 personas perecieron al ser alcanzadas por las bombas en una carretera. La policía informó que se trataba de desplazados que escapaban de otros lugares bombardeados en busca de refugio. Similar fue el ataque en la cercana Maarabun, donde la aviación israelí alcanzó varios vehículos llenos de gente que trataba de huir de sus hogares. Cinco personas murieron y cuatro resultaron heridas.El auténtico frente de esta guerra se encuentra en la frontera sur y los habitantes de la capital la siguen minuto a minuto y con preocupación porque todos tienen parientes y amigos en la zona. Ahora, además, miles de desplazados de esa zona buscan refugio en Beirut.De vez en cuando, las retransmisiones se cortan para anunciar nuevos bombardeos en los barrios del sur de la capital, que como todos los días recibieron la visita de los misiles. Estas pausas tienen el aviso previo del estruendo del impacto de los cohetes, sobre todo si son lanzados desde los barcos.No hay lugar seguroLa fisonomía de la ciudad ha cambiado y la presencia de desplazados es cada vez más visible. Además de colegios y parques, algunos duermen en las calles y otros buscan desesperadamente el medio de seguir hacia el norte para abandonar el país. No hay lugar seguro bajo las bombas y la psicosis general ha llegado a barrios hasta ahora intocables, como la zona cristiana de Ashrafieh, en la que por la mañana cayó un proyectil y destrozó dos máquinas de las que se usan para la extracción de agua.Los desplazados se reparten por decenas de colegios de Beirut. Algunos de estos centros están dirigidos por Hezbola y los vecinos temen pasar a convertirse en objetivo de Israel. El pánico es aún mayor en los propios refugiados, que en apenas una semana lo han perdido todo y han tenido que escapar de sus casas ante la dureza de los bombardeos.La comisión de crisis organizada por la ONU realizó su balance del conflicto tras sus encuentros con Israel y autoridades árabes y urgió a la comunidad internacional a organizar un envío de tropas de pacificación a la frontera entre los dos países de la manera más rápida posible. Amnistía Internacional, por su parte, también exigió al Consejo de Seguridad que haga algo para proteger a la parte más débil de este conflicto, la población civil.«No nos podemos ni imaginar lo mala que va a ser la situación del país una vez que termine todo esto. Se han destrozado infraestructuras y fábricas de sectores estratégicos como el lácteo o el farmacéutico han sido atacadas, las consecuencias ya se empiezan a notar en la ausencia de determinados productos y en el incremento del precio del pan». Wajid al Bisri, vicepresidente de la Asociación de Empresarios, quien acusó a Israel de haber destrozado negocios que nada tenían que ver con la guerrilla de Hezbola.

A la destrucción de las factorías, hay que añadir la dificultad del transporte ya que los camiones y vehículos pesados también se han convertido en blanco de los aviones.Fuente: Sur digital-España

1 comentario:

Anónimo dijo...
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