¿Al Qaeda gana terreno en los países del Magreb?
Los países del Magreb Árabe aunque alejados geográficamente de los conflictos de Oriente Medio, en Irak, Líbano y Palestina, en absoluto aquello –no significa- que de hecho se encuentren apartados de la realidad que se vive allí. Todo lo que sucede en el Machrek árabe tiene obviamente impacto e influye en el lado occidental del conjunto de los países árabes, el Magreb árabe, a pesar de que no participa y no está directamente amenazado por Israel o las fuerzas de ocupación de los aliados, de hecho, aunque siendo geográficamente alejado el Magreb del epicentro del verdadero conflicto y las confrontaciones directas no está a salvo de las corrientes de tensión que se viven en esa perturbada parte de la dividida “Nación Arabe”.
El diario El país escribe:
"De Nuakchot a Túnez y pasando por Argel y Tetuán, el Magreb ha estado este último mes salpicado, con una intensidad inusual, por atentados y redadas policiales. Directa o indirectamente aparece en todos ellos el mismo cuño, el del Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC), la única organización terrorista aún activa en Argelia, donde dispondría de unos 800 hombres armados.
{Parte de los 2.600 islamistas amnistiados en Argel se han unido a las filas del salafismo}
Por si aún cabía alguna duda de que intenta ahora extender sus tentáculos por la zona, los enfrentamientos armados de fin de año en los suburbios de Túnez la han despejado. "Se convierte en un grupo transnacional", afirma la tunecina Khadija Mohsen-Finan, investigadora del Instituto Francés de Relaciones Internacionales. "Intentará repetir en Marruecos su hazaña tunecina".
Cuando, por fin, el ministro del Interior tunecino, Rakik Haj Kacem, reconoció que los hombres armados a los que el Ejército persiguió durante 10 días no eran vulgares criminales sino terroristas bien pertrechados, señaló también que seis de ellos se infiltraron desde Argelia. Habían sido, probablemente, entrenados por el GSPC.
La persecución acabó el 3 de enero en Solimán, en las afueras de la capital. Hubo oficialmente 16 muertos -dos de ellos miembros de las fuerzas de seguridad-, incluido el jefe del comando: el ex gendarme tunecino Lassad Sassi. Su objetivo era atacar, a fin de año, las embajadas de EE UU y el Reino Unido.
En torno a esas mismas fechas, la policía marroquí efectuó varias redadas para desmantelar una trama que enviaba a jóvenes a Irak. Sólo en Tetuán y sus alrededores hubo más de 40 detenciones, según el Centro Marroquí de Derechos Humanos, aunque el portavoz del Gobierno de Rabat, Nabil Benabdalá, sólo reconoció 26 y acusó a la red de tener vínculos con Al Qaeda y el GSPC.
Estas siglas reaparecen también, según la policía mauritana, tras las nueve detenciones practicadas este año en Nuakchot. Los salafistas argelinos irrumpieron por primera vez en Mauritania en 2005 con el asalto a un cuartel del Ejército en el que hubo 20 muertos y desaparecidos.
En Argelia, la madriguera del GSPC, la prensa se alegraba hace unos días de que el número de víctimas mortales de la violencia había caído un 17% (de 480 a 400) de 2006 a 2005, pero olvidaba que el cuarto trimestre del año pasado fue el más devastador, con 63 muertos, 27 de ellos soldados y gendarmes.
Peor aún, el terrorismo ha vuelto a golpear la capital, de la que había sido erradicado, e incluso atacó a extranjeros cerca del Club de Pins, uno de los barrios mejor vigilados. En el atentado del GSPC contra un autobús que transportaba a técnicos anglosajones hubo, el 10 de diciembre, dos muertos y ocho heridos.
El salafismo argelino se ha visto reforzado por la proclamación, el 11 de septiembre pasado, de su alianza con Al Qaeda, pomposamente anunciada en un vídeo por Ayman al Zawahiri, brazo derecho de Osama Bin Laden.
"No sé muy bien qué tipo de colaboración establecerán", recalca Mohsen-Finan, "pero esa asociación incrementa el prestigio del GSPC en el Magreb", donde los demás radicales reconocen su autoridad y ansían ponerse a sus órdenes.
A sus filas se están incorporando, además, parte de los 2.629 terroristas argelinos, excarcelados entre la primavera y el otoño pasados en el marco de la reconciliación nacional promovida por el presidente Abdelaziz Buteflika. Abu Mussaab Abdel Uadud, que capitanea el GSPC, aseguró en una carta publicada en enero en el diario El Khabar que eran muy numerosos los ex reos que se unían a sus filas
Después de un largo tira y afloja, Argel consintió, por fin, en enviar en noviembre a los principales servicios secretos occidentales, incluidos los españoles, la lista de los islamistas liberados.Al Qaeda ha encomendado a sus "vasallos" argelinos que "federen" a todos los radicales del Magreb, asegura Mohamed Darif profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Mohamedia (Marruecos).
Al Zawahiri vaticinó en su vídeo que el GSPC se convertiría en un "hueso atravesado en la garganta de los cruzados norteamericanos y franceses", y desde entonces los salafistas argelinos multiplican sus diatribas en Internet contra la ex potencia colonial. "En una de las principales amenazas que se cierne sobre Francia (...)", señalaba una nota del Ministerio del Interior francés desvelada en septiembre por la prensa.
Pero, por mucho que se empeñe Al Zawahiri, golpear a Francia es, a ojos de los radicales, un objetivo menos noble que atizar a EE UU. "Los jóvenes de aquí", relata un residente en Tetuán, de cuyo barrio de Mezwak partieron al menos 10 chavales rumbo a Irak en 2006, "están empeñados en ir a luchar contra la ocupación de Irak y no perder el tiempo en minucias". El GSPC intentará ahora convencerles de que hay que abrir otros frentes.