Symour Hirsh, el veterano periodista americano dijo últimamente en una de sus declaraciones a la prensa que "la guerra de Irak es más compleja que la guerra de Vietnam". Nosotros simplemente añadimos que de hecho estamos ante una de las peores guerras de nuestro tiempo.Los dirigentes que llevan las riendas del poder de los EEUU, aunque no han admitido de momento el fracaso de su misión en Irak, empiezan poco a poco a reconocer que la situación ahí parece cada día lejos de estar bajo control, y si hoy por muchas razones aumenta la inquietud acerca de la creciente dimensión de las pérdidas que empieza a tener la guerra, ante la cual, la comunidad internacional se siente incómoda e incapaz de hacer algo que no puede o no pudieron hacer los EEUU.
Los líderes de mayoría demócrata en Washington hablan de un plazo de retirada dentro de un año, o sea esforzarse al máximo y soportar adicionales pérdidas, sin hablar del precio que tiene que pagar el pueblo iraquí, durante otro largo año de violencia que vive Irak a ritmo diario; decisión crítica tomada por los dirigentes políticos estadounidenses para salir de los pantanos de Irak antes de marzo de 2008.
Para muchos observadores y con motivo del aniversario que marca el cuatro año de ocupación y guerra sectaria entre las facciones de distintos rangos religiosos iraquíes, sobre todo Chiítas y Sunníes de una parte y las fuerzas invasoras de otra parte, coincidiendo con este aniversario, el lanzamiento de los nuevos planes de Bush para establecer la calma en Bagdad, o su famosa estrategia de enviar a Irak más tropas ( más de 22,000 soldados) estrategia de desafío que no tiene sentido, porque simplemente se trata de añadir más leña al fuego sabiendo que no se puede acabar con la violencia que no hace más que aumentar en densidad y daños. Acerca de esta grave y dramática situación bélica, conviene plantearse la interrogación siguiente: “¿Qué más pueden hacer ahí las fuerzas de la ocupación angloamericanas?
Desde la falsa historia basada sobre mentiras de la liberación de Irak hasta la realidad amarga o el desastre de la Ocupación del país árabe, cuántos días trágicos vivió Irak, cuántas muertes y cuántos desastres, mientras Bush, como si fuera habla de otro lugar y no de Irak cuando dice: “En Irak, estamos al servicio de la causa de la libertad, y siempre vale la pena luchar por la libertad. En Irak, estamos al servicio de la causa de la paz, al promover el progreso y la esperanza en el Medio Oriente, y como alternativa al estancamiento y el odio y la violencia para la exportación. En Irak, estamos al servicio de nuestra propia seguridad, atacando a los terroristas donde los encontremos, en vez de esperar que ellos nos ataquen en nuestro país.”No sabemos de qué libertad habla Bush, y de qué demás valores como el progreso y la esperanza en Oriente Medio.
Si las movilizaciones masivas y las manifestaciones populares durante los primeros tiempos de la guerra condenaron el hecho de los crímenes y las matanzas que se cometieron ahí por las fuerzas anglo-americanas contra la población civil, en marzo pasado, con motivo del cuarto aniversario de la invasión y ocupación de Irak, millones de personas volvieron a expresar su furia y su rechazo a las estrategias criminales y destructivas de lo que queda del país árabe, matanzas diarias opresión y crimines que continúan en la actualidad con el pretexto de hacer respetar el orden intentando instalar calma y paz por todos los medios, incluido el uso de métodos atribuidos al antiguo régimen de Sadam.
Ahora bien, no es más que un lamento, el hecho de continuar nuestras llamadas a retirarse de Irak lo más pronto posible, con la esperanza de que ojalá vuelva la calma ahí sin que podamos hacer otra cosa más para convencer a los invasores de Bagdad de volver atrás, muchos índices nos obligan a pensar que de momento no puede ser que sea posible continuar luchando, de otra parte, pese a la pretensión de millones de personas que habían demostrado su coraje y determinación de organizar movilizaciones gigantescas a nivel planetario y animar manifestaciones contra la guerra en las ciudades de los Estados Unidos y en varias capitales, al Este como al Oeste, así como en distintos lugares del mundo, conduciendo multitudinarias protestas con el objetivo de ejercer presiones sobre el gobierno americano y también amenazando de llevar a sus responsables ante las instancias judiciales internacionales, pero de hecho no parece que ha tenido mucho efecto o cambios en la política de la administración Bush, salvo que las consecuencias de la guerra de Irak poco a poco han llegado a dividir relativamente a la opinión pública americana, algo que tiene el aspecto del comienzo del fin de la guerra y el fin de la ocupación del país árabe, a nuestro parecer.
Los líderes de mayoría demócrata en Washington hablan de un plazo de retirada dentro de un año, o sea esforzarse al máximo y soportar adicionales pérdidas, sin hablar del precio que tiene que pagar el pueblo iraquí, durante otro largo año de violencia que vive Irak a ritmo diario; decisión crítica tomada por los dirigentes políticos estadounidenses para salir de los pantanos de Irak antes de marzo de 2008.
Para muchos observadores y con motivo del aniversario que marca el cuatro año de ocupación y guerra sectaria entre las facciones de distintos rangos religiosos iraquíes, sobre todo Chiítas y Sunníes de una parte y las fuerzas invasoras de otra parte, coincidiendo con este aniversario, el lanzamiento de los nuevos planes de Bush para establecer la calma en Bagdad, o su famosa estrategia de enviar a Irak más tropas ( más de 22,000 soldados) estrategia de desafío que no tiene sentido, porque simplemente se trata de añadir más leña al fuego sabiendo que no se puede acabar con la violencia que no hace más que aumentar en densidad y daños. Acerca de esta grave y dramática situación bélica, conviene plantearse la interrogación siguiente: “¿Qué más pueden hacer ahí las fuerzas de la ocupación angloamericanas?
Desde la falsa historia basada sobre mentiras de la liberación de Irak hasta la realidad amarga o el desastre de la Ocupación del país árabe, cuántos días trágicos vivió Irak, cuántas muertes y cuántos desastres, mientras Bush, como si fuera habla de otro lugar y no de Irak cuando dice: “En Irak, estamos al servicio de la causa de la libertad, y siempre vale la pena luchar por la libertad. En Irak, estamos al servicio de la causa de la paz, al promover el progreso y la esperanza en el Medio Oriente, y como alternativa al estancamiento y el odio y la violencia para la exportación. En Irak, estamos al servicio de nuestra propia seguridad, atacando a los terroristas donde los encontremos, en vez de esperar que ellos nos ataquen en nuestro país.”No sabemos de qué libertad habla Bush, y de qué demás valores como el progreso y la esperanza en Oriente Medio.
Si las movilizaciones masivas y las manifestaciones populares durante los primeros tiempos de la guerra condenaron el hecho de los crímenes y las matanzas que se cometieron ahí por las fuerzas anglo-americanas contra la población civil, en marzo pasado, con motivo del cuarto aniversario de la invasión y ocupación de Irak, millones de personas volvieron a expresar su furia y su rechazo a las estrategias criminales y destructivas de lo que queda del país árabe, matanzas diarias opresión y crimines que continúan en la actualidad con el pretexto de hacer respetar el orden intentando instalar calma y paz por todos los medios, incluido el uso de métodos atribuidos al antiguo régimen de Sadam.
Ahora bien, no es más que un lamento, el hecho de continuar nuestras llamadas a retirarse de Irak lo más pronto posible, con la esperanza de que ojalá vuelva la calma ahí sin que podamos hacer otra cosa más para convencer a los invasores de Bagdad de volver atrás, muchos índices nos obligan a pensar que de momento no puede ser que sea posible continuar luchando, de otra parte, pese a la pretensión de millones de personas que habían demostrado su coraje y determinación de organizar movilizaciones gigantescas a nivel planetario y animar manifestaciones contra la guerra en las ciudades de los Estados Unidos y en varias capitales, al Este como al Oeste, así como en distintos lugares del mundo, conduciendo multitudinarias protestas con el objetivo de ejercer presiones sobre el gobierno americano y también amenazando de llevar a sus responsables ante las instancias judiciales internacionales, pero de hecho no parece que ha tenido mucho efecto o cambios en la política de la administración Bush, salvo que las consecuencias de la guerra de Irak poco a poco han llegado a dividir relativamente a la opinión pública americana, algo que tiene el aspecto del comienzo del fin de la guerra y el fin de la ocupación del país árabe, a nuestro parecer.
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