lunes, 14 de agosto de 2006

ABC-España
Reacciones de la prensa tras el cese de las
operaciones militares sionistas en Líbano
"Israel ha perdido porque no ha ganado;
Hizbolah ha ganado porque no ha perdido"
La última ofensiva terrestre ha sido una apuesta desesperada de Israel para poder cantar y clamar victoria
J. CIERCO
JERUSALÉN. Si al jeque Hasán Nasralah, líder de Hizbolá, se le preguntara ahora si, visto lo visto, habría ido a la guerra, su respuesta sería un sí rotundo. Si a Ehud Olmert, primer ministro de Israel, se le preguntara lo mismo hoy su respuesta sería mucho más lacónica: «Siguiente pregunta, por favor».
La última ofensiva terrestre lanzada por Israel hace 60 horas, poco antes de aprobarse la resolución de la ONU, tiene como objetivo, según los altos mandos militares y los dirigentes políticos limpiar el terreno que va del río Litani hacia el sur, hacia la frontera con Israel, de milicianos y bases de Hizbolá y de sus lanzaderas de cohetes «Katiusha».
Pero en realidad la masiva operación con más de 30.000 soldados y reservistas israelíes en el Líbano es una apuesta desesperada de políticos y generales para poder cantar y clamar victoria una vez se declare el alto el fuego.
Todos pierden
Más que ganadores, en esta guerra ha habido sólo perdedores. Israel ha sido incapaz de lograr en el campo de batalla ni uno sólo de los objetivos que se había planteado el 12 de julio.
Hizbolá no ha sido desarmado ni se ha acabado con la milicia chií; sus líderes no han sido eliminados, Nasralah no deja de aparecer en su cadena de televisión Al Manar; los dos soldados israelíes secuestrados no han sido liberados y sólo lo serán tras negociar un canje de presos libaneses al que ahora dice estar dispuesto Ehud Olmert, e Israel no ha podido obtener una rotunda victoria en el frente que demuestre a sus vecinos árabes, a sus enemigos musulmanes, que es intocable gracias a su poderío militar. Más bien al contrario.
Lo mejor para Tel Aviv, en este caso, no ha venido del campo de batalla, como ha sido habitual a lo largo de la historia, sino de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, favorable a sus intereses pero insuficiente para justificar los más de 150 soldados y civiles muertos; la paralización total del norte del país, el más industrial y turístico, por culpa de los 4.000 cohetes «Katiusha» lanzados por Hizbolá; las decenas de miles de israelíes convertidos en refugiados... Resultado: como no ha ganado, muchos entienden que Israel ha perdido. Hizbolá tampoco puede tirar cohetes (salvo sus amenazadores «Katiusha») para celebrar el final «victorioso» de la guerra. Ha resistido al Ejército más poderoso de Oriente Próximo pero la capacidad militar del Partido de Dios ha quedado muy mermada.
Ha perdido centenares de milicianos. Ha sido señalado por muchos otros libaneses, cristianos, suníes, como responsable, junto a Israel, por supuesto, de los enormes daños sufridos por el Líbano ahora que estaba resucitando de sus cenizas económicas, y ha sido utilizado por Irán sin lograr nada concreto a cambio, salvo haber convertido a su líder, el jeque Nasralah, en un icono del mundo musulmán. Resultado: como no ha perdido los analistas israelíes y árabes entienden que ha ganado.
En realidad, perder, han perdido todos, o casi: los civiles de ambos lados, sobre todo; Hizbolá; Israel (al principio de la guerra recibió el apoyo de la comunidad internacional; al final, muy tocado en su imagen exterior); Olmert, Peretz y Halutz... Ninguno de ellos, en su fuero interno cree que se ha acabado la guerra sino que se ha logrado una pausa que saltará hecha añicos otra vez en semanas, en meses, en años. Tiempo al tiempo. fuente Link ABC.es
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Alto el fuego en el Líbano (Editorial)
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Tema de interés:
WATCHING LEBANON
Washington’s interests in Israel’s war
by SEYMOUR M. HERSH

1 comentario:

Anónimo dijo...

1.400 soldados españoles hacia el Sur del Libano......