lunes, 19 de junio de 2006

Blogs e Internet
Los pecados de los periodistas blogueros
Los blogs de los periodistas españoles de renombre aún están en mantillas. Si volvemos la vista al otro lado del Atlántico, donde el periodismo ya está imbricado totalmente en las nuevas formas de expresión (léase blogs), obtenemos algunas noticias interesantes que han de prepararnos para lo que viene. Michael Hiltzin, columnista de Los Angeles Times y ganador de un premio Pulitzer, ha perdido su blog y su columna impresa por contestar mediante seudónimos en su propia bitácora así como en otras ajenas. Justin Quinn, reportero del Lancaster Intelligence-Journaller, abandonó el periódico cuando se le pilló colgando comentarios en los foros de su propio medio utilizando diversos alias. Estos casos han servido para reflexionar sobre la interacción de los periodistas blogueros con sus lectores. El artículo que analizamos aquí se ha publicado en el Online Journalism Review bajo la firma de Tish Grier. "Los periodistas no sólo violaron las normas de la comunicación on-line, sino también los principios éticos del periodismo". Los nuevos redactores digitales han de aprender a interactuar con sus lectores.
En Estados Unidos ya existen expertos en ética bloguera como Rebecca Blood. Los mandamientos de Blood pueden resumirse en los siguientes noes: no ataques a otros (pero sé libre para discrepar), no pidas vínculos a otras páginas web y no respondas a los comentarios incendiarios.
La ombudsman de The Washington Post, Deborah Howell, ha escrito que "los periodistas de hoy en día reciben más retroalimentación de los lectores que cualquier otro periodista de la historia". Los reporteros se quejan de que muchos de esos comentarios son "groseros, primitivos, sexistas, racistas y antisemitas".
La pregunta que se hace Tish Grier es la siguiente: ¿cómo esperan los responsables informativos que se comporten los periodistas en su faceta de blogueros? La contestación a los lectores no se concibe como una de las tareas diarias del redactor y la percepción de los blogueros es que la mayor parte de los comentarios son negativos y/o destructivos.
Amy Gahran, periodista independiente, sugiere que los periodistas "se deshagan de sus egos" y cree que deben darse cuenta de que ellos no son responsables de cómo se sienta la gente por lo que publiquen en sus bitácoras. También subraya que los blogueros han de cultivar un temperamento no reactivo a los comentarios. Se puede tratar de debatir con el lector crítico, ofrecerle nuevas explicaciones, pero si continúa con el martillo siempre se puede sacar el arma de una respuesta ingeniosa. Y prepararse para las consecuencias.
La interacción positiva es posible, pero los reporteros deben cultivar un temperamento de no confrontación así como otras sutiles destrezas.
En España ya vemos lo que sucede. Los blogs políticos hierven. Y los que no son políticos y cuentan con un número importante de lectores se convierten, en la parte de los comentarios, en la plasmación de las dos Españas. Aunque no venga a cuento. Algunos comentaristas de segundo nivel de los blogs (ciertos lectores arremangados) deberían acudir al diván del psiquiatra.
Por Arturo Posada (Gacetillas Blog)

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