El 10 de diciembre, en Chile ha muerto Augusto Pinochet, quien, durante 17 años, había encabezado una de las más feroces dictaduras de América latina. El famoso y sangriento General había asumido el poder el 11 de septiembre de 1973, tras derrocar al presidente socialista Salvador Allende. Durante su régimen murieron o desaparecieron más de 3.000 personas. Paradójicamente, falleció el día en el que se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos.
¿Qué decir de los demás monstruos? Ellos también mueren. El régimen de Franco duró 40 años en España, Salazar en Portugal, Somoza en Nicaragua, Marcos en Felipinas, Idi Amin enUganda, Ceausescu en Romania, Milosevic en Yugoslavia, Sadam Husein en Irak. Sin hablar de otros grandes dictadores totalitarios( fenómeno mucho más grave por sustentarse en un partido único, ideológico y de masas) como Hitler, Mao Tse Tung, Pol Pot, Kim Il Sung, Sadam Husein(...) Sólo la Historia y los historiadores serán capaces de enumerar uno a uno de ellos si empezamos sucesivamente a contabilizar a todos los dictadores del mundo hasta ahora, diríamos que sólo la Historia los juzgará.
Pero detrás de esa contabilidad persiste un serio problema del estado de la política y de la justicia en el mundo.Todavía, hay crisis de injusticia, y violación de los derechos humanos en la mayoría de los llamados países en vía de democratización. Lamentablemente, existe poco optimismo de que las cosas puedan cambiar en el presente o en el futuro. Sin embargo podemos contentarnos de que, por lo menos, en los últimos años, ha empezado a extenderse globalmente la idea de acabar con todas las formas de controlar a los ciudadanos, ya se han puesto en marcha algunos mecanismos para frenar las ambiciones diabólicas de gobernar de manera totalitaria con la tendencia de machacar y oprimir a los pueblos.
Al finalizar la guerra fría, fuera por la disminución de la financiación hasta entonces otorgada por las grandes potencias aliadas o por el incremento de la presión interna, algunas dictaduras se vieron sustituidas por democracias o semidemocracias. A ello contribuyó también la creciente preocupación internacional por la defensa de los derechos humanos y la creación del Tribunal Penal Internacional en la Haya destinado a juzgar a los dictadores por las violaciones de los derechos humanos y/o por los actos criminales y las barbaries cometidos por ellos contra la humanidad.
Actualmente tanto los países de Europa como los países de América, salvo algunas excepciones, se encuentran liberados de los regimenes considerados “dictatoriales”, sin embargo, la resistencia a los cambios políticos todavía se observa en varias naciones de África, y varios regímenes dictatoriales siguen dominando en algunas regiones de África y Asia, pero, creemos que la situación más grave se vive en la mayoría de las naciones de la zona del Golfo y Oriente Medio, donde todavía ni si quiera se celebran elecciones, ni se permite crear partidos políticos, pero mientras que los jefes de los gobiernos ahí, mantengan alianzas y buenas relaciones con las potencias occidentales, no pasará nada, y posiblemente sobre los regímenes árabes nunca se ejercerán verdaderas presiones internas como externas para efectuar cambios democráticos.
En todo el mundo, desde los tiempos más remotos, pero más y más recientemente, se alzan las voces que se oponen universalmente contra las dictadoras, desde la desaparición del bloque socialista y la caída de URSS, desde América latina donde habían, desde décadas, dominado el poder los poderosos militares y los Generales apoyados y financiados por las administraciones occidentales en los tiempos de la guerra fría, entre este y oeste(...) Llegando hasta la compleja y estancada situación que viven la mayoría de los países africanos, como asimismo viven los países del Oriente Medio y mundo árabe. Las dictaduras impuestas militarmente por los golpes de estado, en el mundo árabe, desde Libia, Egipto, hasta Irak y Siria, pese a todas las voces de derechas, de centro como de izquierdas, que nunca llegarían a liberar los pueblos del poder totalitario que sigue sus prácticas inhumanas como lo hicieron habitualmente desde décadas.
Ahora bien, si todos estamos de acuerdo que las dictadoras no podrían existir sin el apoyo y la implicación directa o indirecta de gobiernos potentes que juegan el papel de protectores, implicación basada básicamente sobre los intereses económicos, estratégicos, militares u otros que obviamente benefician a ambos lados, factores indispensables a las dos partes, alianzas que normalmente se establecen con toda transparencia sobre los elementos que hemos citado o a veces se pactan secretamente entre las grandes capitales del poder en occidente: Washington, Londres, París de una parte y entre aquellos poderosos dictadores, que aparentemente sin su apoyo, los Generales o los dictadores como Pinochet, Somosa, Salazar, Mughabi, Idi Amin, Kabila, etc., no hubieran podido existir.
No podemos finalizar esta intervención sin hablar de Irak, de Palestina y del Líbano. La alianza angloamericana, guiada y motivada por sus intereses comunes de dominar más toda la zona estratégica del Oriente Medio y toda la geografía árabe, no ha ahorrado esfuerzos para llevar a cabo la campaña histórica sin precedentes en la política neocolonialista occidental antes de invadir a Irak, campaña de propaganda anti-Sadam y su régimen Bahcista (del partido Bahz), campaña llena de mentiras y exageración para servir de pretexto a invadir posteriormente el país árabe. Todo el mundo después de la invasión no justificada a Irak, descubrió las grandes mentiras sobre las famosas armas de destrucción masiva, armas químicas y bacteriológicas inexistentes, para convencer de lo justo que era atacar Irak, y así hacer que la opinión pública y la comunidad internacional acepten “la excelente idea de deshacerse del peligroso arsenal militar de Sadam y de su régimen” que según ellos, representaba una verdadera amenaza.
miércoles, 13 de diciembre de 2006
Ellos también mueren
Etiquetas:
Derechos humanos,
Política
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