miércoles, 7 de noviembre de 2007

Mohamed VI: "la visita puede dañar la relación entre ambos países"

Mohamed VI condena la visita "lamentable" de Juan Carlos a Ceuta y Melilla
El Rey Mohammed VI ha condenado hoy con "fuerza" la visita "lamentable" del Rey Juan Carlos de España a las dos ciudades ocupadas en el norte de Marruecos.

Esta visita "daña profundamente los arraigados sentimientos nacionales de todos los componentes y categorías del pueblo marroquí", indica SM el Rey en una Declaración especial leída por su Consejero Mohamed Moatasim al inicio de un Consejo de ministros, reunido en Casablanca bajo la presidencia del Soberano.

"De tal proceder, evocador de una época sombría y caduca, responsabilizamos a las autoridades españolas, al poner en peligro el futuro y el desarrollo de las relaciones entre los dos países, incumpliendo gravemente, el Gobierno de España, el espíritu y letra del Tratado de amistad, buena vecindad y cooperación, de 1991", puntualiza el Soberano.

He aquí el texto íntegro de la Declaración Real:
"Como consecuencia de la lamentable visita llevada a cabo por el Soberano español, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I a las dos ciudades marroquíes ocupadas de Ceuta y Melilla, manifestamos Nuestra fuerte condena y total reprobación de esta inédita visita, insistiendo enérgicamente en que el paso dado, infructuosamente, daña profundamente los arraigados sentimientos nacionales de todos los componentes y categorías del pueblo marroquí.

De tal proceder, evocador de una época sombría y caduca, responsabilizamos a las autoridades españolas, al poner en peligro el futuro y el desarrollo de las relaciones entre los dos países, incumpliendo gravemente, el Gobierno de España, el espíritu y letra del Tratado de amistad, buena vecindad y cooperación, de 1991.

Materializando Nuestra postura de rechazo de esta orientación improcedente, ha tenido lugar la decisión que hemos tomado de llamar a consultas a nuestro Embajador en Madrid, por un período indeterminado. Así pues, con toda determinación e intransigencia, rechazamos que los valores constantes y sagrados de nuestra Nación fueran objeto de pugnas políticas españolas internas, que aprovechan constantemente, nuestros intereses y nuestros atributos, como subterfugio de duelos y polémicas de carácter puramente político.

Al manifestar el empeño de Nuestra Majestad de proteger y garantizar todos nuestros inalienables y legítimos derechos de soberanía, consideramos que nada puede alterar la pertenencia legal de las dos ciudades expoliadas y de las islas adyacentes, expresada por la verdad histórica, la lógica de la posición geográfica y la justicia de nuestra permanente reivindicación de su retorno a la madre patria.

Dado que la ocupación no cobra legitimidad por antigüedad, o a través de actos unilaterales y de la política del hecho consumado, consideramos que el mejor medio para resolver la gestión de este diferendo territorial, requiere la asunción de las virtudes del diálogo objetivo, franco y abierto sobre el futuro, un diálogo responsable que asegure nuestros derechos de soberanía y tome en consideración los intereses españoles.

Esto será posible únicamente teniendo una visión prospectiva para el establecimiento de unas relaciones constructivas entre Marruecos y España, asumiendo fuertemente y de manera sincera su consolidación, en el seno del compromiso mutuo y de la inamovible confianza, dos condiciones necesarias para una labor fructífera y sería de explotación de todos los esfuerzos y de enfrentamiento a los peligros circundantes y a los retos decisivos en las dos riberas del estrecho de Gibraltar, así como para una aprovechamiento ejemplar de todas las prometedoras potencialidades y oportunidades de cooperación fructífera que nos esperan".
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