Volver
Todas las películas de Pedro Almodóvar son un regreso a sí mismo. El universo del manchego, ese mundo de mujeres, dramas, historias increíbles que son verdad y diálogos robados a la realidad, se repite de una manera u otra en todas sus cintas. Cierto que hay un gran cambio entre el director de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y el de Volver, algo que suelen criticarle los nostálgicos de aquella frescura primera, los mismos que olvidan que Almodóvar tiene 55 años. Si siguiera dirigiendo Laberinto de pasiones, posiblemente nos aburriríamos, y tendría un punto patético. Hoy, Pedro Almodóvar es Volver, una película que habla de la muerte y las distintas (y mejores) maneras de afrontarla, de las promesas incumplidas, de la sabiduría de los pueblos, de las familias de sangre y de vecindad, de la vida vivida con cariño. Y para ello, echa mano Pedro de su buen oído para las conversaciones, construyendo un guión que es un prodigio de frescura, pero, y es aquí donde el director se distancia galaxias de sus imitadores, plagado de dobles lecturas, guiños, sugerencias y, en definitiva, poder narrativo.
Hay mucho de ¿Qué he hecho yo para merecer esto? en esta película, pero también de las escenas cómicas de La flor de mi secreto, y de la densidad dramática (pero en absoluto excesiva) de Todo sobre mi madre. Hay mucha actriz en Volver y un director que sabe sacarles lo mejor de ellas mismas. Resulta empalagoso escuchar cómo elogian a “su Pedro”, pero uno acaba entendiéndolo... Hasta a Penélope Cruz es capaz de sacarle un buen trabajo. Lástima que la promoción quiera focalizar el lanzamiento en la actriz (sólo hay que ver el cartel, atípico en la cartelería almodovariana), que es lo más flojo de la cinta. Brillan con mayor fuerza la reaparición de Carmen Maura, que se come cada una de las escenas en las que participa, y las actuaciones de Blanca Portillo y Lola Dueñas, prodigio de naturalidad y riqueza. Como toda gran película, Volver mejora con los días. Puede gustarte más o menos en su momento, pero poco a poco la historia de Raimunda se va desplegando dentro de ti y enseñándote más de una cosa. Y todo, en una película en la que te será fácil la risa. ¿O es que no sabías que en los entierros la gente acaba a carcajadas? Al menos en La Mancha... Está claro: hay que volver al pueblo de vez en cuando. Fuente : Vía Link
miércoles, 12 de abril de 2006
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3 comentarios:
me encanta almodovar, tengo todas sus peliculas. :)
A mi tambien me gusta
Y la mia
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