La música country y la política americana
Jorge Soley Climent
El country, género patriótico y reacio a la cultura de la transgresión, se muestra en los últimos tiempos crítico con la guerra de Irak.
En 1974 Richard Nixon se dirigió en estos términos a su auditorio en Grand Ole Opry:
“la paz del mundo en las generaciones venideras, quizás en los próximos siglos, no dependerá sólo del poderío militar norteamericano… ni de nuestra riqueza… sino que dependerá en nuestro carácter, de que creamos en nosotros mismos, de nuestro amor hacia nuestro país, de nuestra voluntad no sólo de enarbolar nuestra bandera sino también de defenderla. Y la música country hace precisamente eso”.
Arropado por cantantes como Johnny Cash o Merle Haggard, Nixon estaba convencido de que la música country era la voz de la mayoría silenciosa que vertebraba Estados Unidos.
Y si ya en aquella época las estrellas del rock eran bastante reacias a salir en las fotos con Nixon, poco ha cambiado desde entonces; mientras el mundo del rock, con escasas excepciones, es coto izquierdista, el mundo del country sigue siendo la reserva conservadora norteamericana.
Aunque la verdad es que no todo es igual. A mediados de los 70 apareció una corriente dentro de la música country, el “outlaw movement”, que defendía posturas pacifistas (aunque incluso en los momentos de mayor protesta contra la guerra del Vietnam aparecieron numerosas canciones a favor de la misma).
Encabezados por Willie Nelson, el liberalismo de la época pareció abrir brecha en el hasta ese momento sólido ambiente country. Hank Williams Jr. fue la figura que revertió esta tendencia, aprovechando el final de la guerra de Vietnam y de la Guerra fría y el nuevo clima cultural que se respiraba en la época de la revolución reaganiana.
Algunos de sus éxitos atacan los impuestos elevados, las restricciones a la posesión de armas y se muestran muy críticos con un Congreso dominado por el Partido demócrata y en especial con la ciudad de Nueva York.
El siguiente momento clave para entender la evolución de la música country es el 11-S, el ataque que conmocionó a la sociedad norteamericana en todos sus ámbitos, también en la música.
Algunas canciones se reciclaron (“A Country Boy Can Survive” pasó a ser “America Will Survive”), otras se crearon expresamente para manifestar el dolor, la rabia o la unión bajo la bandera que miles de norteamericanos deseaban expresar. Pero después llegó la guerra de Iraq y la discusión acerca de su necesidad y acierto también se ha trasladado al mundo del country.
Algunos, muy minoritarios, se han declarado contrarios a la guerra, como las famosas Dixie Chicks, que sufrieron un durísimo boicot por este motivo. La mayoría ha cerrado filas a favor de la intervención y sobre todo en apoyo a sus soldados, temiendo quizás que pudiera repetirse la trágica experiencia de Vietnam en la que unos jóvenes que se jugaban la vida en un país lejano eran recibidos con frialdad cuando no desprecio en su propio país. Toby Keith con su “The Angry American”, Darryl Worley con su “Have You Forgotten?”, Trace Adkins y “Arlington” o Clint Black y su “Iraq and Roll” son algunas de las muestras más evidentes de este posicionamiento.
Clint Black, en su estudio; como otros músicos durante la guerra de Irak, prefiere centrarse en apoyar a los soldados
La última aportación en esta línea es la de nuevamente Toby Keith, cuyo videoclip “An American Soldier” es uno de los más bajados en Internet, desmintiendo así que Estados Unidos sea un país oscilante entre Nueva York y Hollywood y adicto a la MTV.
Curiosamente, Toby Keith se declara demócrata, mejor aún, un “conservative democratic”, o sea, un demócrata del Sur que, considerando a Kerry demasiado liberal y demasiado poco patriota, invitó públicamente a votar por Bush.
Aunque también tenemos a cantantes, como el legendario Merle Haggard, que en los momentos álgidos de la guerra del Vietnam criticó a los pacifistas con canciones como “The Fighting Side of Me”, que se ha posicionado en contra de la guerra de Iraq.
Su postura, en difícil equilibrio, es de oposición al tiempo que de apoyo a los soldados norteamericanos, evitando en todo momento aparecer como izquierdista. Quizás por eso, junto a su último single, “Rebuild America First”, aparece haciendo un dúo titulado “Politically Incorrect” en el último disco de Gretchen Wilson en el que afirma estar a favor de la bandera y con los soldados que luchan por su tierra.
Publicado en American Review (www.a-r.es
viernes, 12 de mayo de 2006
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