El problema de la inmigración
El hecho es que es verdad que nos encontramos ante un fenómeno nuevo tanto por su intensidad como por su duración. Lo malo es que lo que estamos viendo ahora es sólo el comienzo de algo que por fuerza va a ir a peor. Por fuerza porque depende de dos variables: la galopante demografía de nuestros vecinos del sur que vuelve del todo imposible la integración de millones de jóvenes en su sistema económico y social; y las expectativas de riqueza y bienestar que ofrece Europa. No nos engañemos, mientras España siga creciendo y disfrutando de una buena calidad de vida, los inmigrantes seguirán sintiéndose atraídos por nuestro país. No en balde se concentran en las autonomías más ricas y dinámicas.
Controlar los flujos es una tarea condenada al fracaso por muchos medios que se pongan. Nadie va a ordenar hundir un cayuco, o abandonar a unos pobres desgraciados a su suerte en alta mar. Lo que se podrá hacer es canalizar las rutas de llegada, pero poco más. Lea[+] Vía Link
viernes, 26 de mayo de 2006
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