martes, 24 de mayo de 2005

Letras


M.V.Llosa,Foto:P.de Cases
La cultura sigue siendo
un monopolio de la izquierda

Como no todo va a ser política y novelería, que también, Mario Vargas Llosa inaugura hoy el ciclo “Los otros poetas” organizado por la Fundación Loewe. Se trata, confirma el novelista, “de que hablemos de poesía quienes no somos poetas sino que estamos en la periferia”. Una periferia tejida de libros releídos una y mil veces, y de unos versos de los que hoy se avergüenza. Porque Vargas Llosa, en su juventud, se soñó poeta y sólo renunció al comprender, con Borges, que en poesía sólo vale la excelencia. “Y mis versos no lo eran. Afortunadamente lo dejé a tiempo”. Eso sí, a lo que no ha renunciado es a su pasión por la política, mal que les pese a muchos ex amigos y colegas, escritores de izquierda que le han satanizado a lo largo de más de 30 años “por no compartir sus ideales”.
Lo mejor de todo es que a comienzos de los 60 el joven periodista Vargas Llosa pudo entrevistar a Borges en París. De ese encuentro recuerda sobre todo cómo le impresionó “su modestia. Hablaba con una sencillez enorme, como si no fuese consciente de cómo había deslumbrado a los franceses en una semana con su cultura, su originalidad. También me asombró su brillantez intelectual. La verdad es que cuando admiras mucho a una persona y hablas con él y ves que es de carne y hueso, te impresiona aún más”. Pero volvamos a la poesía, a la que, como autor, renunció muy joven:
–Sí, lo dejé a tiempo porque, como dice Borges, en poesía sólo se admite la excelencia y me di cuenta de que no iba a alcanzarla jamás. Sin embargo, todos los novelistas envidiamos a los poetas porque alcanzan una perfección estética imposible en otros géneros.

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