La vergüenza de los crímenes de la dictadura franquista

Después de la renuncia del juez Baltazar Garzón ¿Quién puede investigar los crímenes del régimen franquista? En España, la página de la memoria histórica no se va a cerrar entre hoy y mañana, los tristes episodios del periodo de la guerra civíl y la dictadura, han dejado profundas huellas en la existencia del pueblo español, huellas y cicatrices profundas que todavía siguen allí. No es ni será fácil interrar ese pasado de la dictadura franquista. Sí en efecto, como ocurió en otras partes del mundo, se necesitará el consenso de todas las partes que forman el conjunto del pueblo español, desde los dos bandos, lejos de cualquier ambiguidad, descontento de un lado u otro, ver rechazo, de ese o aquél organo/o institución para llevar a cabo esa delicada tarea: investigar de manera justa y equitativa ese pasado triste de una gran nación llamada España.

Y si el juez español Baltasar Garzón renunció ayer a las investigaciones sobre los crímenes cometidos en la Guerra Civil y durante el periodo franquista, y dejó el caso en manos de tribunales provinciales, no es porque está descapacitado a llevar a cabo una justa investigación, y no es porque no disponía o no dispone de ambición suficiente para enfrentar los enormes obststáculos que puede plantear, como se supone una tarea como esa, sino que en realidad el juez Garzón, tomó su decisión bajo presiones múltiples, presiones que no le han permetido llevar a cabo la invesgación y por eso acabó cediendo al pedido de la Fiscalía.

El juez de la Audiencia Nacional, principal instancia judicial española, anunció el 16 de octubre que iniciaría una investigación para determinar la suerte de unos 114.000 desaparecidos durante la Guerra Civil y en los primeros años de la dictadura de Franco. Fue así que autorizó la apertura de 25 fosas comunes donde se cree están enterrados republicanos asesinados en el proceso.

Pero Garzón decidió ayer enviar la causa a los juzgados territoriales en los que se encuentran las fosas que autorizó a abrir, anunciaron ayer fuentes judiciales. En un documento de 152 páginas, el magistrado lamentó la disputa judicial que se generó sobre su competencia en la causa, que fue cuestionada en un recurso de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que desencadenó su renuncia.

Y si al juez Garzón le impidieron las circunstancias judiciales actuales que surgieron a la hora de iniciar el proceso de una misión delicada y difícil, lo que le llevó a envíar la causa a los juzgados territoriales, es decir a aquellos lugares donde se encuentran las fosas que autorizó abrir. La anunciada renuncia lamentable de Garzón sin duda dejará un hueco enorme después de la disputa judicial. Ahora bien, la pregunta pendiente que se plantea es: ¿Quién puede investigar los crímenes de ese pasado oscuro de la España franquista tras la polémica abierta o la disputa judicial?