El lamentable espectáculo de la confrontación política se repite, a un ritmo frenético cada vez que nos acercamos de las elecciones, antes de que se anuncie el tiempo oficial de la campaña electoral: mutuas descalificaciones, agresiones verbales, y grandes mentiras políticas. Para mantenerse en el poder o para conquistar el poder los políticos mienten descaradamente. Ocultan la verdad, niegan la verdad, disfrazan la verdad. La mentira se ha convertido en arma normal de estrategia política. Es el afán de los políticos por apoderarse de las conciencias de los ciudadanos. Todo vale si da votos, si humilla al adversario, si domina la opinión pública.
Es una locura. Nadie lo puede creer.Sólo cuando se presentan a las elecciones prometen plantar miles de árboles, de mejorar todo, acabar con el paro, irradicar la pobreza y dar trabajo a todos y todas, hablan de mejorar la economía nacional.Bla. Bla. Etcetera. Hablan de verdaderos milagros, de cosas increibles ¿Qué juego? Los políticos a la hora de hacer campaña electoral como sabemos todos hablan como si fuesen hombres que tienen en mano la varita mágica, dan la impresión que son capaces de convertir la amarga realidad en un verdadero sueño dorado y hasta la saciedad vuelven a repetir las mismas mentiras que incluso ellos mismos, sin duda, parece, que tienen dificultad de tragar y creer.
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