La salud del optimista y del pesimista
Siempre se ha dicho que el optimista es aquel que cree vivir en el mejor de los mundos posibles y el pesimista teme que esto sea así. Una investigación realizada en los años 60 en la clínica Mayo, y basada en un amplio test psicológico nos viene a recordar que los optimistas, no solo viven más sino que además se recuperan más rápidamente de las enfermedades que padecen.
De las 729 personas que en aquel momento respondieron el test, 200 habían fallecido, con lo cual se evidenció que la muerte sorprendió a los pesimistas con una frecuencia superior a la casualidad. De igual forma se midió el grado de pesimismo, y según los investigadores un pesimista normal tiene un riesgo de muerte de un 19% superior al de un optimista.
El profesor Ralf Schwarzer de la Universidad Libre de Alemania, luego examinar a 600 pacientes con enfermedades del corazón y pulmonares, llegó a la conclusión de que los optimistas se recuperan con mayor rapidez de una operación y se reincorporan mas rápido al trabajo.
En un experimento realizado en la Universidad de Pittsurgh, 420 voluntarios fueron infectados con un virus de catarro. El 62% de los participantes que tenían tres o menos relaciones importantes enfermó, frente a un 35% que tenía el apoyo de seis o mas personas.
Con esta evidencia, la ciencia pasa a condenar a los pesimistas, aguafiestas que nos hacen ver que el mundo no es tan bello y perfecto como los conciben los optimistas. Por eso Marx Twain, quien no tenía nada de pesimista pero sí de humorista pensaba sobre el tema que nos ocupa que la “única manera de conservar la salud es comer lo que a uno no le apetece, beber lo que no quiere, y hacer lo que prefería no hacer”.
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jueves, 19 de enero de 2006
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