1.Haidar, un verdadero milagro, perdió sólo ¿!algunos kilos ¡?. Y eso imaginen ustedes, la tía después de 32 días sin comer, no sé cómo pero hay que creer, incluso pudo hablar a la COPE y a los medios. "Waw". ¿Milagroso caso de verdad...?.2. Por su voluntad ganó a dos poderosos Estados, España y Marruecos juntos. 3. Un detalle, tuvo que comer o no: eso es un "secreto de Amenetu" y no “de Estado”. 4.No puede ser que esté sola porque hasta Hilary Clinton, habló de su caso aunque sin ¡mencionar a la -mujer saharaui- nunca con ¡su nombre propio! ¿Será por celos quizá?. 5. Marruecos cometió el error de expulsarla a Lanzarote en vez de Madagascar u otro islote lejano. Probablemente gracias a "consejos de ese zorro de Moratinos" a sus vecinos. 6. Haidar llegó a ocupar espacios mediáticos como si fuera la santa ¡Madona!7.España más que Marruecos o los dos países se vieron obligados a mover su máquina diplomática para solucionar el problema individual de una persona olvidándose –por culpa de una mujer- que les están esperando millones de parados, inmigrantes, terroristas… y, otros graves problemas entre ellas “las consecuencias de la crisis económica que nos amenaza a todos”
La vuelta a casa, de Aminatu Haidar tras 32 días de ayuno dudoso, es para algunos “un gran triunfo de esta mujer menuda”, incluso más, un milagro, dicen otros. La humilde mujer ya se ha convertido en símbolo de la defensa pacífica de los derechos humanos frente a “un enemigo poderoso y con pocos escrúpulos”, opina la prensa española. Sin embargo: (“la paradoja es que, siendo esto verdad, también lo es que la causa saharaui está ahora más lejos de salir adelante” fin de cita.). Salvo si Argel quiere mirar al futuro del gran Magreb y acepte seriamente negociar con Rabat el contencioso y polémico caso del Sahara.
Si Haidar ha sido capaz, con la sola fuerza de su sacrificio y determinación, de “levantar un movimiento de solidaridad como nunca hubo en treinta años de problema del Sahara y de poner en primer plano un conflicto que al menos tres naciones concernidas (España, Francia, EEUU) estaban alejadas por haber dado luz verde a Marruecos y Argelia encontrar una solución vía diálogo y negociación. Haidar, su lucha (gracias a Dios) se ha limitado, -hasta el momento-, a reivindicar lo mínimo “volver a ver sus hijos, volver a casa, y quizás mañana, probablemente volverá a pedir más”. Ella, quizás en este primer intento de desafío a Marruecos, sabe o sabía mejor que nadie sus límites, es decir, llevar a cabo su plan “A” concretado en lo ya visto entre El Aaiún y Lanzarote.
Aminatu Haidar ha tenido que humillarse personalmente, quizás más porque su circo de hambre - por lo cierto fue dudoso desde el principio- pero válido para conseguir su objetivo, limitado aparentemente a defender derechos humanos, mientras en el fondo obviamente es de reivindicación política. El Gobierno de España, piensan algunos, por su parte tenía que pagar “el precio elevado” de encontrar durante las negociaciones una salida airosa para Rabat. Nada más despegar hacia El Aaiún el avión que devolvía a Haidar con los suyos, el Gobierno de España emitió un comunicado subrayando que el permiso para que viajara "honraría a su majestad el Rey de Marruecos y pondría una vez más de manifiesto su compromiso con la democracia y la consolidación del Estado de Derecho" y asumiendo que mientras se resuelve el conflicto en la ex colonia española "la ley marroquí se aplica en el territorio del Sahara Occidental".
Así concluye un comentarista sobre la vuelta de Haidar “En resumidas cuentas, Marruecos ha cedido ante la luchadora en huelga de hambre, lo que no es poco ceder, pero ha visto confirmadas por los tres países de mayor influencia sobre el conflicto (Estados Unidos, Francia y España) sus tesis anexionistas con respecto al Sahara, y pronto hará valer este apoyo en los foros internacionales. Aminatu Haidar declaró que su retorno es "una victoria del derecho Internacional, de los Derechos Humanos y de la causa saharaui". De las dos primeras cosas, sí; de la causa saharaui, es más dudoso. Le dará fuerzas para seguir luchando, como ha anunciado con gran dignidad y valentía, pero la justa causa saharaui, que despierta enorme simpatía, está hoy más ajena al horizonte de lo que es posible.”
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