Sarkozy quiere prohibir el Burka en Francia
Periódicamente vuelve el tema polémico de los signos religiosos a ocupar el espacio de amplio debate público aquí en los países árabes y musulmanes, como igualmente ahí en los países occidentales. En 2003 en Francia se decretó la prohibición de llevar estos signos en escuelas y ciertos lugares públicos, pero la situación nunca ha cambiado. Hoy, Sarkozy, pese a sus estrechas relaciones con los países musulmanes del Magreb, Emiratos del Golfo, Arabia Saudí Etc., ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el Burka.
El anuncio se hizo en una solemne e inédita comparecencia del Presidente de la República ante el congreso (diputados y senadores), reunidos en Versalles. Es la primera vez, desde 1848, que el jefe del Estado francés comparece de esta forma ante los parlamentarios en un país celoso de su repartición de poderesSegún Sarkozy el burka es contrario a la "idea de la República francesa sobre la dignidad de la mujer", según informa EFE.
"No es un signo religioso, sino de servidumbre", afirmó Sarkozy, quien subrayó que "el burka no es bienvenido en el territorio de la República" francesa. Ante la Asamblea Nacional y el Senado, reunidos de manera extraordinaria en Congreso en Versalles (en las afueras de París), el jefe del Estado francés dijo que el burka "no es un problema religioso", sino "un problema de libertad y de dignidad de las mujeres".
La declaración de Sarkozy, presidente de un país laico, se produce una semana después de que el Gobierno aceptase estudiar una ley que prohíba el uso del burka en Francia, una prenda de origen afgano que oculta completamente a la mujer tras una ancha túnica y sólo cuenta con una pequeña abertura a la altura de los ojos.
Dos días antes, un grupo de unos 60 diputados de diferentes partidos pidió que se abriera una comisión de investigación sobre la proliferación de esa prenda, utilizada por miles de mujeres en Francia, según diversos estudios. Desde que se formuló esta petición, en Francia se ha desatado una polémica similar a la que se produjo en 2004 respecto al velo islámico y que desembocó en una ley que prohíbe el uso de cualquier signo religioso en los lugares públicos, con atención especial a las escuelas.
La iniciativa ha reabierto un debate entre los defensores de las libertades individuales y los que consideran que éstas pueden ser limitadas en nombre del laicismo. El laicismo es un principio de "neutralidad y respeto" a "todas las opiniones y todas las creencias", indicó Sarkozy, quien señaló que "la libertad no es el derecho de cada uno a hacer lo que quiera" y agregó que no se debe equivocar el debate, pues "la religión musulmana debe ser tan respetuosa como las otras religiones".
Sarkozy aprovechó la ocasión para adelantar una renovación del Gobierno para el miércoles y desgranó las líneas maestras de lo que tiene previsto para que Francia salga reforzada de la crisis económica: durante los tres próximos meses el Gobierno se reunirá con todos los líderes sociales, económicos y culturales para elegir los sectores estratégicos donde el Estado debe invertir.
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