Lejos de la victoria del PSOE y la derrota del PP

Cabe recordar a la hora de hablar de la legislatura española que se despide, que la cual nació en las úlimas elecciones ensombrecida por el terrorismo yihadista. Esta recta final de la campaña electoral de 20008 en España volvió a ser manchada de sangre y de violencia etarrista. El resultado de estas elecciones de hoy ya se sabe, los socialistas han ganado, y los populistas han perdido. Las urnas han expresado claramente la voluntad de los ciudadanos españoles. No obstante, los que volvieron a manchar de sangre la fase final de la campaña antes de la salida a las urnas, pensaron o planearon que con el terrorismo pueden sacudir de nuevo a la conciencia electoral colectiva o individual de los españoles- o quizás asi razonaron por error, sin embargo nada determinaron porque los españoles saben lo que quieren.

Los que piensan cambiar el curso de la política por sus ideas tienen todo nuestro respeto a hecerlo, pero los que intentan hacerlo mediante el uso de la violencia saben que actúan fuera de cualquier razón o lógica y de hecho saben ellos mismos que su juego es absolutamente lamentable. La violencia no tiene sentido, los sinrazón no pueden determinar el resultado de las elecciones, sólo los votantes lo pueden hacer y lo han hecho.

La sociedad española, por desgracia, salió otra vez a ejercer su derech de elegir la nueva legislatura después de un acto terrorista criminal absurdo que no tuvo ningún impacto ni consecuencias a la vista analítica de todos, sean como sean las interpretaciones que se pudieron o se pueden hacer.

Un acto de terror aislado llevado a cabo por los etarras para decir mañana que la sociedad española tiene que contar con ellos es una perversión y no cabe en el juego político. La violencia extremista radical se ciega a ver la realidad porque no mira al presente ni al futuro fuera de su juego. Es siempre triste ver matar o amenazar o sembrar el miedo porque eso significa destruir todos los valores establecidos en España y en la historia de la democracia occidental en general, incluidos los valores de orden diálogo y justicia.

Los que pretenden cambiar el rumbo de la historia por ejercer actos de Terrorismo se equivocan porque la violencia no significa política sino perversión. La responsabilidad de pueblo español a la hora de elegir y votar es enorme y es lógico que opten por lo que ven que puede mejorar su vida practicando su deber fuera del ruedo de la campaña electoral de los partidos y lejos de la violencia de los etarras, jihadistas u otros.

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