El Papa invita a crear un «nuevo orden mundial»
JUAN VICENTE
Benedicto XVI impartió ayer su primera bendición «Urbi et Orbi» desde el balcón de la basílica de San Pedro, al que se había asomado el 19 de abril, recién elegido Papa, para presentarse como «un humilde trabajador de la viña del Señor». Ayer volvió a emocionarse viendo a una multitud que vino a escucharle a pesar del viento, la lluvia y el frío.
El Papa invitó a construir un «nuevo orden mundial fundado sobre relaciones éticas y económicas justas». A diferencia de Juan Pablo II, cuyos mensajes de Navidad eran breves y poéticos, Benedicto XVI prefirió hacer uno de sus análisis del mundo contemporáneo ante las cuarenta mil personas que le aplaudían en la Plaza de San Pedro y los cientos de millones que seguían el discurso a través de 111 cadenas de televisión de 68 países.
Con toda su autoridad intelectual y espiritual, el Papa se dirigió al «hombre moderno, adulto y, sin embargo, a veces débil en el pensamiento y en la voluntad», para invitarle cariñosamente a dejarse «llevar de la mano por el Niño de Belén. No temas. ¡Fíate de Él! La fuerza vivificante de su luz te alienta a comprometerte en la construcción de un nuevo orden mundial, fundado sobre relaciones éticas y económicas justas».
El amor de Jesús como guía
El Santo Padre pidió que el amor de Jesús «guíe a los pueblos y avive la conciencia común de ser una sola «familia» llamada a construir vínculos de confianza y de ayuda mutua». El Papa subrayó que «la humanidad unida podrá afrontar los numerosos problemas graves de estos momentos: desde la amenaza terrorista a las condiciones de pobreza humillante en que viven millones de seres humanos; desde la proliferación de armamentos a las pandemias y al deterioro del medio ambiente que pone en peligro el futuro del planeta».
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lunes, 26 de diciembre de 2005
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