Los atentados de Londres: Las salidas
Por Bari Atwan
La pregunta que se repite en estos momentos con frecuencia en las esferas políticas y los medios de seguridad contra el antiterrorismo, es: ¿cómo hacer frente a este gran desafío, cómo luchar contra este fenómeno que empieza a inquietar gravemente las capitales europeas y la seguridad de los ciudadanos inocentes? Porqué tiene que vivir el occidente en miedo de los actos terroristas y de los extremistas musulmanos? Cómo afrontar los atentados de los terroristas-suicidas que empezaron en Madrid y llegaron a Londres y que se pueden extender a Roma o cualquier otra capital europea.

El hecho de que un grupo de musulmanes británicos hayan podido pasar maletas llenas de explosivos y hacerlas explotar en los vagones de los trenes y en un autobús, es un asunto que la mentalidad occidental no puede creerlo y lejos de entenderlo por supuesto.

Palabras de rechazo o de condena no son en nada suficientes aunque vengan de los jefes de las asociaciones islámicas o de los imans de mezquitas, porque los que cometen estos atentados no escuchan a aquellos ni les hacen caso, incluso no van a rezar donde rezan ellos.

La violencia y el terrorismo no vienen del vacío, y las soluciones militares y de seguridad no han atribuido a erradicar el problema en absoluto. Por lo cierto hay que reconocer que hay injusticias de las cuales, actualmente, el mundo islámico y árabe sufre, hay que parar de humillar a los musulamanes e intentar buscar las raíces como medida de disminuir de este fenómeno, hasta erradicarlo por completo.

Los suicidas que han explotado sus cuerpos en los trenes de metro de Londres y que han dejado detrás cientos de víctimas inocentes son una minoría de la minoría, pero uno no necesita ejércitos para causar esta cantidad de perdidas materiales y humanas. Solo puede cometerlas un grupo de frustrados y furiosos. Y esto es lo que pasó en Londres como en Madrid.

Tony Blair el primer ministro británico frente al Parlamento de su país, intentó ocultar negando establecer lazos con lo que pasó en Londres y la actual guerra en Irak. Pero todos los índices sobre el terreno aseguran que existen como parece estos lazos invisibles. Como se ha puesto de relieve que los que han conducido y ejecutado estas explosiones querían la venganza de forma sangrienta de los que en Irak han muerto y que mueren a cusa de la ocupación o por sus consecuencias.

Nos alejamos de los sentimientos y digámoslo fuera de toda hipocresía habitual en la cultura de las discusiones, digámoslo francamente que las explosiones no han escogido como objetivo países como Suecia o Finlandia o África del Sur o Suiza, sino que han golpeado estados que sus gobiernos mostraron mucho ánimo a la participación en la agresión de Irak sea enviando tropas o por defender la agresión en el ámbito internacional o Las Naciones Unidas.
Trducido del árabe por A. Axdiri
Introducción
De mis lecturas sobre lo que se escribe como comentarios y opiniones en la prensa mundial y la española en particular, he escogido este artículo publicado en el País y así dejo a los lectores toda la ancha margen de poder comentar y comparar los dos estilos de análisis y puntos de vista, una firmada por un periodista árabe y la segunda por un periodista español. Como primera observación simplemente el primer artículo intenta comprender lo que pasó y lo que se puede hacer para frenar o hacer fin al extremismo, un solo grito: "Basta ya" en la cara de los dos rangos del conflicto: tanto al Este como al Oeste es decir buscar por supuesto "salidas" o soluciones mientras el segundo reportaje tiende a provocar más las tensiones entre pueblos y confesiones evocando historia de Tarik ibn Ziad... El Andalus, madrasas de coran ... o mejor dicho tiende a "abrir más la herida" entre los dos mundos relatando detalladamente la biografía conocida de Bin Laden. Y como muchos occidentales que no se molesten por buscar bien antes de usar los términos lingüísticos ni mucho menos entender que eso de "Islamista y terrorismo" no caben aunque suenan bien como expresión puesto que los extremistas no tienen nada que ver con el verdadero y fundamental Islam.El extremismo es todo política y además torcida y mal llevada. Pero para muchos comentaristas tienen que ser aquellos “islamistas” por fuerza para que sus escritos y comentarios sigan manchando todo, mezclando blanco y negro. Incluso Tony Blair lo ha señalado últimamente hablando de los atentados como lo hizo antes Condoleezaa Rice y otros pensadores y hombres de política: el terrorismomo es una cosa y las religiones incluido Islam son otra .El reportaje de JM Irujo fuera de estas breves observaciones es un reportaje amplio bien escrito y documentado que relata la historia ya conocida por todo el mundo desde el primer capítulo "Bin Laden hasta su nueva metamorfosis en Irak. A los lectores de juzgar.

El terrorismo Islamista apunta a Europa
por José María Irujo
Desde cuándo es Europa un objetivo de la yihad (guerra santa)? ¿Por qué se ha trasladado a este continente? ¿Qué tiene que ver la guerra de Irak con estos atentados? ¿Además de Madrid y Londres, habrá más ataques en otras capitales europeas?

"Los ingleses siempre fueron enemigos del islam", "Tarik Bin Ziyad fue el que conquistó Andalucía", "los franceses son kafires, nunca han sido verdaderos amigos del pueblo musulmán". Éstas y otras frases similares sobre Europa, sus países y su cultura "enferma" las leyeron los muchachos, chicos y chicas, que en los años ochenta se formaron en las madrazas o escuelas coránicas de Pakistán, el país del que procedían las familias de los autores del reciente atentado en Londres. Unos centros similares al que acudió a estudiar religión durante dos meses Shehzad Tanweer, de 22 años, uno de los suicidas que protagonizaron el ataque de Londres. Un chico amante del fútbol y el críquet que había nacido en Bradfor y vivía en un chalé adosado de Beeston, a las afueras de Leeds, a unos 300 kilómetros de Londres.

La semilla de odio que se sembró en aquellos centros no sólo apuntaba a Estados Unidos, sino a todo Occidente. Aquellas escuelas, y algunas que todavía siguen abiertas bajo el Gobierno de Musharraf, un presidente al que los islamistas radicales han intentado asesinar varias veces, se convirtieron en el principal vivero de los yihadistas que en aquellos años combatieron con éxito a los soviéticos en Afganistán.
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