“Nosotros sabemos lo que hacemos” Dice Livni,porque, o sea que no encuentra respuesta conveniente o no tiene nada a decir. Quizás alguien tiene aconsejarla de cambiar de carrera para hacer de pop star mejor para ella como vemos en la foto
Esa es la democracia ejemplar que Occidente quiere ver como modelo a seguir para los países de la zona. La democracia del estado judío -única en el mundo-. Nadie lo duda, desde el punto de vista formal tiene el aspecto idéntico al modelo occidental, con partidos políticos, debate político, campañas electorales y todos los ingredientes como Dios manda y como se puede ver y comprobar, si se mira haciael modelo israelí. ¿Qué objetivo quiere conseguir Israel detrás de aquello? que le consideren en Occidente y máas allá como un oasis ideal en medio de un entormo parecido al desierto. Sin embargo en el fondo o detrás de este rostro enmascarado y bien maquillado de la democracia israelí se esconde la verdadera realidad del Estado sionista religioso judío. Un estado cuyo verdadero régimen es una teocracia militar como lo reconocen ciertos líderes del partido extremista de ultraderecha (Israel Beituna, entre otros), que quizás por ser coherentes y francos con el pueblo judío puede mañana que ganen estas próximas elecciones. No necesitamos mencionarlo aquí una vez más, pero los dos mosqueteros de la guerra contra Gaza, Tsipi Linvi y Ehud Barak, como si fuera sus programas políticos se limitan o se limitaron solo a aquello, guerra, extremismo, terror a la hora de poner en marcha esta última y singular campaña electoral -sin precedencia- en la zona de Oriente Medio.
La sangrienta campaña electoral empezó dramáticamente el 27 de diciembre con la batalla sobre Gaza,una batalla de más de tres semanas de incesantes bombardeos. No obstante esa campaña basada sobre el extremismo y masacres de mujeres y niños puede que tengan efecto positivo como posiblemente negativo y nadie sabe qué resultado darán el día de la verdad (resultado final de las elecciones)en Israel para los dos favoritos o mejor dicho los dos criminales de la guerra, Livni y Eud Barak, a menos que se produzcan milagros de última hora, dado que las estadísticas dan la victoria al líder extremista del partido Likud, Benjamín Nathanyahu.
Hasta estos momentos los favoritos no son los citados arriba, según últimos sondeos, se habla de un avance mayor en las filas de la extremista ala de los ultra(Israel Beituna). El uso del lenguaje de sangre de Livni en su campaña diplomática junto a Barak conduciendo feroces combates sobre civiles matando miles de niños y mujeres durante la campaña electoral tiene más de una explicación.
Livni inició su campaña haciendo de todo para llegar al poder. Esa carrera frenética le llevó a visitar más de una capital occidental para ganar puntos sobre sus rivales sionistas. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, a pesar de balbucear en inglés, llegó a Washington cuando sólo le quedaba a la administración Bush unas cuantas horas en el poder, lo que explica la plena coordinación entre Israel y EEUU de dar ese último golpe duro a la población de Gaza. “Ambas partes saben lo que hacen”. Livni llegó para firmar de igual a igual documentos importantes con Condoleezza Rice. La ministra judía ante preguntas incómodas, sabe que no hay nada mejor que la falta de fluidez en un idioma extranjero, para responder solo lo que ha venido a decir: “Nosotros sabemos lo que hacemos”.
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