El Papa y las advertencias israelíes de no hablar de política
El pontífice alemán en su gira por las Tierras Santas de Oriente Medio llegará mañana a Jerusalén para rezar y hacer sus discursos religiosos: ciertamente no le faltarán palabras llenas de emoción y esperanza: exhortará a la paz y respaldará la creación de un Estado palestino como solución al conflicto israelo-árabe. Se dirigirá a la menoría católica en la zona, un 2% contra un 25% hace un siglo. ¿Tiene derecho el Papa a expresarse sobre la situación dramática que vive el pueblo palestino bajo la ocupación y cerco? Es lógico pese a las condiciones de la programación de su visita y los lugares destinados a su gira, más la advertencia de que su viaje debería carecer de todo contenido político. Pese a las presiones israelíes Benedicto XVI tiene, en todo caso, pleno derecho a expresar su opinión sobre la situación en Palestina y las tierras ocupadas.
El mayor significado político del viaje es, por ahora, el mero hecho de la visita oficial al Estado sionista, cuyo Gobierno es, desde marzo pasado, el más ultraderechista y antipalestino que ha tenido jamás el país.
-La visita se produce, además, a los pocos meses de la invasión y destrucción de Gaza, donde el Ejecutivo israelí anterior cubrió atrocidades de sus tropas, ahora investigadas y bien documentadas.
-El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya había advertido que el viaje debería carecer de todo contenido político. Y el Papa, con una cierta propensión a la pifia que ha irritado a musulmanes y judíos -como cuando en 2006 ofendió al islam citando a un emperador bizantino poco amigo de Mahoma; o al levantar este año la excomunión a unos obispos del cismático Lefebvre, entre los que uno negaba el Holocausto- parecía haber aceptado esa limitación. Pero la Autoridad Palestina es quien no quiere dejar así las cosas.
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